Nuestras Marcas
A sabiendas de la necesidad de contar en nuestro país con un establecimiento que pudiera ofrecer adecuadamente una pieza tan especial como lo es el piano, en 1937 se fundó Sala Wurlitzer, que con el paso de unos pocos años se convirtió en Sala Chopin. A partir de ese momento esta empresa fue de manera cuidadosa y congruente, construyendo una bien ganada fama como el lugar obligado en la Ciudad de México para comprar un piano.
Al correr del tiempo, Sala Chopin fue ampliando su gama de productos, abarcando inicialmente la línea de electrónica con la misma exclusividad y seriedad que han caracterizado a este establecimiento, de tal manera que en 1951 nosotros ofrecimos los primeros televisores que se vendieron en México.
Igualmente, en 1965 se decidió incorporar la línea de instrumentos y accesorios musicales, tales como: Guitarras clásicas, eléctricas, electroacústicas, bajos, violines, baterías, saxofones, encordados, etc. Así es como quedó conformado el concepto que hace única a nuestra cadena comercial: la mezcla de marcas de piano de gran tradición junto a finos instrumentos musicales bajo un mismo techo, formando un concepto comercial único en el México de entonces.
Probablemente sea este concepto el causante de la buena acogida que nuestros clientes nos han otorgado y que da por resultado el que la fama de la Sala Chopin trascienda también los límites de la zona metropolitana de la Ciudad de México, ya que nuestro buen nombre es reconocido en diversas ciudades de la República; todos los días atendemos a clientes de otras localidades que andan en búsqueda de la exclusividad y excelencia de los productos que ofrecemos.